25 sept 2015

Honor a la industria de limones (toxic people, yes, indeed)

El ácido
siempre ha sido un dulce corrosivo.

De peras a limones
siempre los limones
(con el vermú de aperitivo)
y las naranjas de zumo
aunque las peras también.

El hábito frutívoro no me conduce
no obstante a las bayas (vaya):

pequeños frutos
que no llegan a frutas
con más veneno que una serpiente vieja
y menos carne que una lenteja

déjalas tranquilas:
que sigan viviendo la vida
de las peras y los limones
sin tener su dulzor ni su ácido,
ni chicha ni limoná.
Ni ná.

Déjalas en su árbol,
colgando,
expeliendo ponzoña,
(joroña que joroña)

que eso les jode.

Dedicado a mi dulce ácida May Ríos.

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