He tenido tales pesadillas
que la hora del desayuno parecía
una postguerra
y la cama un campo de batalla
después de la derrota.
La paz interior,
vaya un cuento chino
(o del Himalaya).
De este cráneo
caja de truenos
sólo salen chispazos
y tormentas
y caminos truncados.
De este corazón de patata
sólo salen raíces torcidas.
Flores que toco se deshojan.
Playa que piso, tsunami al canto.
A Coelho le querría yo ver en mí.
A ver qué hacía.
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