Los hijos de la realidad
nacen surrealistas,
malformados,
tontos.
De domingos de fútbol y aburrimiento
surgen conatos cobardes
de suicidio.
De los lunes,
mentirosos propósitos de enmienda
que se ahogan en vasos de agua.
De nuestra triste condición,
planes de huida sietemesinos,
amoratados y sin futuro.
Preguntadme por qué me gusta
cerrar los ojos
o por qué me gusta silbar
como si disimulase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar, discutir, criticar, pero sé educado.