Vio a un hombrecillo
en lo alto de una escalera
que no estaba allí.
Claro que él hacía tiempo
que tampoco.
Al regresar a la escalera
tropezó con una monda de plátano
que se iba a comer mañana.
Cuando volvió al baño
descubrió una mancha sospechosa.
"Que raro, hace tiempo que no me doy la mano".
Y decidió que por la noche sería un buen momento.
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