Acarreo un hueco muy profundo
un deje de locura
un vacío que pesa toneladas
una cisterna repleta de mareas muertas.
Un día llevo en la espalda
un monstruo susurrándome
al oído
otro día un demonio gritando como un hooligan
y los días peores una harpía
que muy despacito
no dice nada
todo el tiempo.
Es una lástima. Soy tan simpático...
La mayor parte de las veces quiero morder
y los espíritus malignos
no me lo permiten.
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