12 jul 2016

Nana

No llores, bebé.
Te queda mucho por vivir:
los plazos de la hipoteca,
los constantes desengaños,
amores desperdiciados,
jefes que te despreciarán,
ese constante vacío interior,
el frío glaciar del futuro incierto,
ese vacío interior,
la estrechez de una vida
con libertades minúsculas,
ese vacío.

No llores, bebé,
queda mucho por venir.
Guarda tus lágrimas.

Las necesitarás.

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